Archipiélagos oceánicos y su conservación.

Stuessy, Tod.

Department of Higher Plant Systematics and Evolution, Institute of Botany, University of Vienna, Vienna, Austria.

e-mail: tod.stuessy@univie.ac.at


Resumen:

Archipiélagos oceánicos son de importancia especial en el mundo por su habilidad de informar sobre procesos de evolución vegetal. La restricción del área, aislamiento de tierra continental, alto porcentaje del endemismo, y número reducido de especies totales, proporcionan una oportunidad muy favorable para investigaciones sobre patrones y procesos de evolución orgánica. A pesar de este valor obvio de archipiélagos oceánicos, el impacto de seres humanos sobre los ecosistemas isleños ha sido uniformemente negativo, con pérdida de bosques naturales, introducción de plantas y animales invasores y destructivos, incendios, y erosión de suelos. El archipiélago Juan Fernández (Robinson Crusoe), un parque nacional chileno, representa un buen caso de estudio de esta progresión de interferencia humana en el ecosistema natural oceánico. Este es un archipiélago pequeño con sólo dos islas principales: Masatierra (Robinson Crusoe), y Masafuera (Alexander Selkirk). No hubo gente aborigen en al archipiélago y ninguna perturbación directa antes de su descubrimiento por el español Juan Fernández en 1574. Dado a la importancia del archipiélago para viajeros desde la América del Sur en rumbo al Pacífico occidental, hay mucha historia bien documentada de las visitas al archipiélago y sus actividades. Una serie de textos, láminas, y mapas hacen una cronología detallada de los 400 años pasados. Además, el archipiélago se ha alterado bastante a causa de procesos naturales de erosión y subsidencia durante los 4 millones de años de su existencia, con una pérdida de casi 95% de área de superficie de Masatierra (4 millones de años), y quizá 20% de Masafuera (1-2 millones de años). Todos estos factores combinan para dejar sólo 20% del bosque nativo en Masatierra, donde hay un pueblo permanente de 500 personas y donde llegan la mayoría de los turistas. Los desafíos de conservación en el archipiélago son enormes, y requieren prioridades realistas para responder efectivamente con recursos siempre limitados.